¿Se puede vender el humo?
Vivimos en un sistema capitalista donde, tan solo una delgada línea separa el mundo de las ventas del fraude. Te lo dice un servidor con conocimiento de causa. En las ventas no hay límites y, si se puede vender un bote con aire envasado, ¿por qué no el humo?
Los principales valedores y un claro ejemplo de esto son los políticos. No hay nadie que sepa vender humo masivamente mejor que ellos. Te venden un discurso, unos valores y unas ideologías sobre un humo gris y contaminante que son difíciles de digerir, pero: ‹‹bueno, parece que no es tan malo››, piensas inocentemente. De alguna manera u otra te lo crees porque no tienes alternativa, pero… ¿qué pasa cuándo ya te lo han vendido? Pues resulta que se ha evaporado y ya no es lo que era, ahora es mucho peor: es negro, tóxico, radioactivo, etc.
No lo puedo evitar y siempre que quiero escribir de algo ruin y malicioso termino haciéndolo sobre los políticos, ¿por qué será?… Pero este post no va sobre ellos. ¡Oh, qué pena! Hoy quiero hablar de los llamados “gurús de los negocios”, “creadores de riqueza”, o “sabelotodos”, entre otra multitud de nombres. Todos estos tienen algo en común y es que quieren venderte un curso de algo, de lo que sea. Hay miles por la red: de belleza, de idiomas, de pelar pipas, de hacerte rico vendiendo productos chinos, de bolsa, de tocar la zambomba y de un largo etc. En fin, de cualquier temática y ámbito. Ellos todo lo saben, están muy por encima de ti y se suelen presentar como semi dioses. Todos quieren que asistas a esa entrevista, esa charla o esa master class ¡GRATUITA! donde, seguirán vendiéndote humo argumentando que en el curso aprenderás los secretos intrínsecos del universo. ¡Sí!, esos que si los conoces no hace falta que trabajes o juegues a la lotería nunca más. Saldrás motivado, eso sí, pero también predispuesto a realizar el curso con una jugosa inversión valorada en millones de euros que, por ser especial y haber visto el vídeo (aunque esté grabado hace cinco años) o asistido a la charla de casualidad, justo en este preciso instante en el que se han alineado los astros, lo conseguirás a ¡mitad de precio! ¿Qué digo a mitad de precio? Si reservas ya, a una décima parte del precio. ¡UNA GANGA! Llegados a este punto pueden pasar dos cosas: que no decidas realizarlo porque el humo empieza a oler a chamuscado, no terminas de creerte lo de los secretos del universo y luego te acribillen a emails comerciales porque, previamente, rellenaste un formulario con tus datos personales. O que decidas hacerlo para pertenecer a ese grupo reducido de personas elitistas que suben al olimpo de los dioses.
No digo que todos sean unos vende humos, pero hay tantos y han mejorado tanto las técnicas disuasorias que, ¿cómo discernir el buen profesional del farsante? Lo más pragmático es realizar el curso, terminarlo y poner en práctica lo aprendido para saber si era un semi dios o un impostor con barba y túnica, pero claro, no todos pueden jugarse el dinero ni el tiempo de su vida al azar. Aparte de hacer lo evidente: mirar si tiene web y/o negocio físico, preguntar en Google, consultar en foros, ver redes sociales, etc. En mi caso y por mi experiencia hay algo que, no es infalible, pero suele cumplirse y puedo aventurarme a darte el siguiente humilde, pero a la vez, sabio consejo:
Si solo vende cursos y no presta sus servicios o pone trabas para prestártelos, sospecha. Tal vez solo sea un charlatán, sin empresa detrás, sin recursos, sin éxitos demostrables y sin carrera profesional contrastada al que se le da bien eso, hablar. Si por el contrario, aparte del curso, presta sus servicios para seguir enseñándote, asesorarte y hacerte crecer de la mano, confía. Un buen profesional está tan seguro de su método y su experiencia que las ofrece abiertamente a sus clientes. Sin trampa ni cartón. Aun así, todo es probar e, igualmente, puede salirte rana, pero seguramente tenga a sus espaldas algo más de credibilidad que el anterior.
